CEREMONIA DEL TÉ
en esta hoja en exclusivo nos limitamos explicandoles la ceremonia japonesa, pero en nuestro establecimiento deleitamos el porcentage de usar una ceremonia comun o entremezclada de diversos paises.
Existen cuatro principios en la ceremonia zen japonesa del té: armonía (gente-naturaleza), respeto, pureza (mente y sentidos) y tranquilidad (paz mental y abundancia de la naturaleza).
La ceremonia del té en Japón ‘Chanoyu’
el Chado ’senda del té’. Realizar la ceremonia del té al modo budista es un camino hacia el autoconocimiento y el aprendizaje del mundo espiritual que se debe seguir.
En Japón, una reunión para tomar el té puede durar horas y precedida por una comida ligera acompañada de té verde. En los jardínes de té suele haber una casa de té (Sukiya) donde se realizan ceremonias.
Antes de entrar han de lavarse las manos y la boca con agua. Al entrar, deben inclinarse, ya que es como símbolo de humildad y respeto.
La sala donde se lleva a cabo la ceremonia (cha-shitsu) es muy minimalista, en el suelo una esterilla de fibras de arroz, y decorada con alguna caligrafía o flores. El maestro, si es hombre, viste un kimono color liso poco llamativo o negro y calcetines blancos; y si es mujer, un kimono tradicional blanco o en color clao y calcetines blancos. Llevan consigo sus utensilios, que suelen ser valiosos objetos artesanales.
Utensilios han de ser: una tetera, cuenco (cha-wan), un cucharón de bambú (cha-sen) y unas tazas.
En la sala de ceremonias hay un pequeño altar (tokonoma), donde colocan una imagen o caligrafía con la frase a partir de la cual se va a meditar ese día. Allí los invitados, no más de cinco intercambian impresiones y degustan dulces japoneses. Posteriormente vuelven al jardín y descansan en un banco hasta que son llamados por el maestro con un gong que suena unas 6 veces. Al volver los invitados a la sala, la caligrafía ya no está y en su lugar habrá un motivo ikebana (arte floral japonés). El ayudante del maestro retira las persianas y se deja pasar la luz.
Una vez colocados en su sitio los recipientes para el agua y el té, el maestro coge la tetera con las manos, introduce el agitador y coloca el cucharón encima. Luego límpia el recipiente del té y el cucharón con un paño (fukusa) y en el cuenco del té enjuaga el agitador cuidadosamente con agua caliente. Luego vierte el agua en un cuenco. Coloca tres cucharadas de té Matcha por invitado en el cuenco, llena el cucharón de agua caliente que coge del recipiente que está en el fuego, vierte un tercio del agua en el cuenco y agita el té con el batidor de bambú hasta que queda como una espesa crema (koicha).
El maestro coloca el recipiente con la mezcla cerca del fuego, el invitado principal se pone de rodillas junto a el y lo toma con sus manos para beber tres sorbos. Después, el invitado principal limpia el borde en el que ha puesto los labios y lo va pasando a todos, siempre en silencio. Una vez tomado el primer té se sirven pastelitos tradicionales y el maestro vuelve a limpiar los utensiolios y recipientes para elaborar más Matcha, pero esta vez más claro y suave (usucha), rompiendo el silencio con alguna bonita reflexión y dirigiendose a los invitados uno por uno. Terminada la segunda toma y limpios los utensilios, el maestro hace una reverencia a los invitados, que se retiran de la sala, y el maestro se queda unos minutos solo y en silencio meditando.
Aspectos importantes:
el silencio en la primera parte para disfrutar de los sonidos que ofrece el ritual y para estimular los sentidos con el sonido del agua hirviendo, el agitador batiendo la mezcla, el intenso color del Matcha y la belleza de los utensilios, las flores y los elegantes movimientos del maestro. En la segunda parte se inicia la conversación y lo invitados intercambian impresiones. Las casas de té japonesas aíslan del mundo, del ruido y de las multitudes ayudandonos a disfrutar de la paz, el vacío, la armonía y el respeto.
En toda reunion de té es importante el silencio, la reserva, la humildad, la calma interna y externa,el respeto,los buenos sentimientos.